Algunas leyes establecen límites a la libertad de contratar; esto es, límites a lo que personas o empresas pueden acordar libremente. Por ejemplo, la ley de defensa del consumidor y el Código Civil y Comercial -que también es una ley- prohíben que las empresas incluyan en sus contratos con consumidores cláusulas consideradas abusivas. Otras leyes prohíben la venta de ciertas cosas, por ejemplo la venta de ciertas drogas.